lunes, septiembre 11, 2006

Gracias a la vida.

Al revisar todos los correos de aquel día, uno le llamó especialmente la atención. Pensaba que era un correo publicitario pero su intuición le decía que no lo era, por eso lo conservó y todavía lo conserva.
El correo en cuestión contenía tan sólo la imagen de una bonita niña rubia y un pie que decía: "Gracias a la vida".
En ese momento el profesor comenzó a recordar...

Había visto muchas veces la morriña en la cara de los estudiantes extranjeros, pero posiblemente la cara de esta chica era la mayor cara de tristeza que había visto en estas circunstancias. Tras algún tiempo de clase, al ver que la expresión no variaba, el profesor decidió preguntarle que por qué estaba así .Ella le respondió entre sollozos que echaba mucho de menos a su novio.
Día sí y día también se podía ver a esta joven nórdica como un alma en pena vagando por los pasillos de la facultad.
Un día, el profesor decidió llevar a clase una canción, al igual que muchas otras veces había hecho. La elegida para la ocasión era "Gracias a la vida" de Violeta Parra. Lo que no sabía el profesor y seguramente tampoco sabía Violeta Parra era lo que esta canción (seguramente las canciones y cualquier tipo de manifestación artística) podía llegar a causar...

Al escucharla, a la joven nórdica le cambió la expresión. Le gustó tanto la canción que se compró discos de Violeta, que empezó a interesarse por Chile,... Y así poco a poco su mente fue relegando la pasión por su pareja por su pasión a Chile.
Cuando terminó el curso la joven estudiante estaba radiante y planeaba ya cómo conseguir financiación para conocer esa tierra que según ella le había regalado esa canción.

Volvió a su país, con el tiempo dejó a su novio, consiguió una beca para ir a estudiar a Chile donde se quedó a vivir, conoció a un chileno con quien tuvo una hija cuya foto le llegó por correo electrónico al profesor con un escueto pie que decía "Gracias a la vida" pero unas cuantas líneas más abajo decía también: "Gracias a ti".

8 Comments:

At 12:55 p. m., Blogger Lúa said...

vaia que bonito; a morriña cando é forte non te deixa viver, sumete nun estado de melancolía tal que todo o novo semella baleiro, vives nun oco ao que non lle ves a saída, até,...até que das conta de que a vida ten que seguir cos recordos das ledicias pasadas, así podese comezar a valoralo bo da nova terra e ser un pouco feliz, alomenos...

 
At 4:15 p. m., Blogger Mrs.Doyle said...

O mellor desta historia é que é real.

 
At 8:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

Siempre me han sorprendido los jerséis que se tejen por un hilito.

 
At 9:18 p. m., Blogger Xosé Manuel Carreira said...

Vaia, non sabía que había un blogue de Mrs. Doyle. Encántame a canción de Violeta Parra.

 
At 9:38 p. m., Blogger Mrs.Doyle said...

Benvido, Mendinho. Este blog naceu o pasado día 9 e pódese dicir que ainda está en cernes.

A min tamén me gusta esa canción e dende que me contaron esa historia, exactamente o profesor protagonista, paréceme unha "canción máxica".

 
At 10:16 a. m., Blogger momodice said...

Bonita la historia y bastante conmovedor el hecho de que ella necesitara a su vez dar las gracias y diera el paso. No sé si es por cómo nos educan, pero nos resulta difícil encajar elogios y agradecer las cosas.

 
At 10:34 a. m., Blogger Lúa said...

si es real es bellisima!

 
At 5:15 p. m., Blogger Mrs.Doyle said...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Lucía.

Lúa: la historia es real, por eso es aún más bella.

 

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