SPANGLISH
Ilan Stevens, catedrático de filología del Amherst College de Massachussets, ha creado la primera cátedra de spanglish, cuyo más ambicioso proyecto es traducir la más universal obra de Cervantes...
Aquí va un adelanto:
" In a placete de La Mancha of wich nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase. A cazuela with más beef than mutón, carne choppeada para la dinner, un omelet pa los sábados, lentil pa los viernes, y algún pigeon como delicacy especial pa los domingos, consumían tres cuartos de su income."
5 Comments:
mARE DEL AMOR HERMOSOS!!!!
Lo mejor del caso es que ya hizo una versión rap del quijote
No me sorprende. Desde que existe el Quijote, a lo largo de la historia muchos se "han inspirado" en él repitiendo los patrones: desde el gordo y el flaco hasta R2D2 y C3PO...
Creo que el apellido de esta eminencia es Stavans (no Stevens). Ha encontrado en el espanglés un buen chollo académico. Hace tres años escribí sobre él en la prensa esto que sigue:
GENTLEMAN
Vaya por delante que no soy de los que consideran el spanglish una lengua de herejes, ni una jerga barriobajera, ni un triste producto de la incuria lingüística. Pero tampoco me parece un idioma hecho y derecho, y menos aún la seña de identidad de un numeroso grupo social aureolado por los nuevos bienpensantes como símbolo del mestizaje, la cultura fronteriza y todas esas cosas. El espanglés ―permítanme llamarlo así― es un fenómeno de transición idiomática nacido de la necesidad. Es la única forma de entenderse para millones de personas de escasa instrucción llegadas a un país extraño y acribilladas por los reclamos que la sociedad de consumo les sacude sin tregua en una lengua también extraña. Si alguna ciencia debiera ocuparse de él no es la Lingüística, sino la Biología Social, pues el principio rector de este hipogrifo idiomático es el de la adaptación al medio. Por eso discrepo de empeños como el de Ilán Stavans, que ha traducido el Quijote a ese galimatías como si así le otorgara una credencial de abolengo. A cualquier hablante inglés o español le sonará algo raro leer una novela que empieza: “In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrarme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase”. Diablos. Y sigue: “A cazuela with más beef than mutón, carne choppeada para la dinner, un omelet pa los sábados...”. Comprendo la dificultad de explicar a los inmigrantes latinos la receta de los duelos y quebrantos, pero de ahí a que el bueno de Alonso Quijano tuviera “una cara leaneada y gaunteada” o fuera un “early riser” va cierto trecho. Bien, pues esto es sólo el comienzo. Stavans lleva años haciendo de las suyas desde su cátedra de Amherst College de Nueva Inglaterra. En su currículum vitae lucen un diccionario de spanglish que ya es un clásico y varias obras sobre lengua y cultura hispánicas. Publica regularmente una interesante columna de prensa titulada 'El heart en la palabra' ―en pulquérrimo castellano, por cierto― y está considerado una especie de gurú del espanglés en la universidad. Hasta el más sabio puede caer en sandio, y de eso podría darle lecciones el personaje de Cervantes. Bien está la mezcla de inglés y español chapurreada en el mercado por una campesina mexicana con la espalda aún mojada: el hambre todo lo disculpa. Pero que un catedrático sin escrúpulos traicione de esta manera a Cervantes, y que lo haga para consolidar su propio estatus académico, eso ya roza la estafa. No contra la Lengua, sino contra las personas.
(Diario de Navarra, 30 octubre 2003)
Eso dije entonces, y lo mantengo.
Chapeau, JMR.
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