GOLEM

Según la historia, el Gran Rabino Löw vivió bajo el reinado de Rodolfo II, en la segunda mitad del siglo XVI. Como erudito que era, conocía a la perfección el Talmud y la Cábala, y poseía saberes destinados a pocos hombres de la época como la matemática y la astronomía. Decían que era capaz de obrar maravillas y que incluso el emperador Rodolfo II lo invitaba al castillo porque, en el fondo, le temía.

Según la leyenda, Löw logró descifrar el nombre de Dios y creó El Golem, ese ser hecho de barro y sueños al que ungió de vida, para deshacerse de sus enemigos. Lo creó en el año 1580, a las cuatro de la madrugada, bajo los artísticos puentes de la ciudad, con los sedimentos acumulados en las márgenes del río Moldava. El soplo de vida fue puesto en la boca del Golem en la forma de un pergamino que llevaba escrito el nombre verdadero de Dios.

Pero El Golem se descarrió. Dejó de barrer la sinagoga, comenzó a matar animales, a asustar a los humanos,... Finalmente hubo que expulsarlo de este mundo, quitándole el nombre de Dios de la boca...

En la actualidad, aún hay quien asegura que lo ha visto deambulando por las hermosas calles de la bella Praga...